marzo 27, 2024 Por eduardo 0

¿Por qué preocuparme de mi piso pélvico?

¿Qué es el piso o suelo pélvico?

El piso pélvico es una estructura de músculos, y tejido conectivo que entrega soporte y estructuras de suspensión a los órganos pélvicos y abdominales. Su principal componente es el músculo elevador del ano, un músculo que cubre la mayor parte de la pelvis. Los órganos pélvicos pueden dividirse en 3 compartimentos: anterior (vejiga y uretra), medio (útero y vagina, próstata y vesículas seminales) y posterior (recto, conducto anal y aparato esfinteriano).

Estas estructuras se encuentran en íntima relación con la musculatura del piso pélvico, el cual tiene participación en las funciones de cada uno de éstos. Determinando no sólo un soporte mecánico sino además participando en la continencia urinaria y fecal.

¿Qué problemas puede tener?

En la mujer, mantiene el útero, la vejiga, los intestinos y otros órganos pélvicos en su lugar para que puedan funcionar adecuadamente. Pero el piso pélvico puede debilitarse o lastimarse. Las causas principales son el embarazo y el parto. Otras causas pueden ser la obesidad, tratamientos con radiación, cirugía y envejecimiento.

Los síntomas más comunes son:

  • Sensación de pesadez, hinchazón, tirón o dolor en la vagina que se agrava al final del día o cuando mueven el intestino
  • Sensación o ver que un «bulto» o «algo que sale» de la vagina
  • Dificultad para comenzar a orinar o vaciar la vejiga por completo
  • Infecciones del tracto urinario frecuentes
  • Pérdidas de orina al reírse, toser o hacer ejercicio
  • Necesidad urgente o frecuente de orinar
  • Dolor al orinar
  • Pérdidas de materia fecal o dificultad para controlar los gases
  • Estreñimiento
  • Dificultad para llegar al baño a tiempo

Los expertos estiman que 1 de cada 3 mujeres en los Estados Unidos tiene una afección del suelo pélvico. Pero debido a que muchas mujeres no lo informan a su médico, es probable que sean mucho más comunes.

¿Qué se puede hacer?

Un estudio reciente de la red mostró que las mujeres que orinan con demasiada frecuencia o que pierden orina pueden ser tratadas con éxito con inyecciones de Botox (toxina botulínica). Otro tratamiento que ayuda con el control de la vejiga usa un implante quirúrgico para estimular eléctricamente los nervios del músculo pélvico. Estimular los nervios parece que ayuda a que la vejiga se relaje más.

La terapia física del suelo pélvico a menudo comienza con ejercicios simples en el suelo pélvico. Algunos de estos son conocidos como ejercicios de Kegel. Hacen que los músculos pélvicos sean más fuertes. Cualquier mujer puede beneficiarse de estos ejercicios.

¿Qué son los ejercicios de Kegel?

Los ejercicios de Kegel, también conocidos como entrenamiento de los músculos del piso pélvico, son ejercicios sencillos que se pueden hacer para tratar problemas de control de la vejiga y mejorar el control intestinal. Los ejercicios fortalecen los músculos del piso pélvico que sostienen la vejiga, el recto y el útero. Estos músculos, que se estiran como una hamaca desde el frente hasta la parte de atrás de la pelvis, pueden ayudar a evitar el escape de orina, de heces, o de gases en los momentos menos esperados.

Los ejercicios de Kegel fortalecen estos músculos, lo que ayuda a detener estas fugas. Los estudios sugieren que el entrenamiento de los músculos del piso pélvico podría también mejorar la función sexual.

¿Cómo hacer los ejercicios de Kegel?

Durante los ejercicios de Kegel, se deben apretar, sostener y relajar los músculos del piso pélvico. Suena simple, pero es posible que se necesite un poco de práctica antes de aprender a ejercitar los músculos correctos.

Mientras orina, trate de detener la orina a mitad del chorro. Los músculos que apriete para detener el flujo de orina son los músculos del piso pélvico y así podrá identificarlos.

He aquí una manera fácil de comenzar con los ejercicios:

  • Ubique y apriete los músculos del piso pélvico.
  • Trate de mantenerlos apretados durante 3 segundos.
  • Libere los músculos y relaje por completo el piso pélvico.

Debe tratar de hacer de 10 a 15 repeticiones cada vez que haga el ejercicio.

Debe, todos los días, tratar de hacer los ejercicios en tres posiciones: acostado, sentado y de pie. Usar las tres posiciones fortalece los músculos. Debe llevar un diario o registro de ejercicios para apuntar cada vez que hace los ejercicios.

¿Qué son las Bolas de Kegel o Bolas Chinas?

Las bolas chinas, bolas de geisha o Ben Wa, a pesar de su nombre, no tienen su origen realmente en China, sino en Japón, aunque no hay evidencias fiables. Son mecanismos formados normalmente por una o dos bolas unidas por un cordón, en cuyo interior se encuentra otra bolita más pequeña que choca contra las paredes de la bola que la contiene al llevarlas colocadas, al andar o al estar en movimiento.

Hay mujeres que notan perfectamente cómo vibra la bolita dentro de la esfera que la contiene cuando se mueven llevándolas puestas. Otras personas debido a la debilidad de sus músculos de su suelo pélvico o a que las bolas están colocadas en el tercio medio o superior de la vagina, que carece de sensibilidad, no notan la vibración de la bolita interior de las bolas chinas, pero esto es muy frecuente y no significa que no estén siendo eficaces.

La vibración que produce el choque de la bolita interior de la bolas chinas contra las paredes de la vagina provoca una contracción involuntaria y continua de los músculos que la rodean, aumentando la circulación sanguínea, la lubricación y el tono muscular. No es más eficaz usar dos o más bolas al mismo tiempo, ya que puede resultar molesto en mujeres con el cuello del útero más bajo.

Para que el uso de bolas chinas sea efectivo es imprescindible moverse al llevarlas colocadas, para que la bolita de su interior se mueva y choque contra las paredes de la vagina provocando su contracción involuntaria.

¿Qué beneficios tienen las bolas de Kegel?

Parece demostrado que el uso continuado de bolas chinas aporta beneficios a las mujeres adultas y sanas que las usan, ya que ayudan en gran medida a mejorar el tono de los músculos del suelo pélvico, aumentar la irrigación sanguínea y a mejorar la lubricación natural de la vagina. De esta manera, con su uso continuado en el tiempo lograremos una mejoría considerable en la calidad de las relaciones sexuales.

Esto se traduce en orgasmos más largos e intensos y recuperación de la sensibilidad sexual cuando, por ejemplo, la hemos perdido tras un parto largo o traumático con fórceps, episiotomía… Así mismo, un suelo pélvico tonificado y fortalecido ayudará a evitar incontinencias urinarias y disminuir en algunos casos el riesgo de prolapso.

Los músculos del suelo pélvico son bastante agradecidos y en cuanto comenzamos a trabajarlos con cierta continuidad sus beneficios llegan muy rápidamente. Siempre que seas constante con tu rutina durante unos 15-30 minutos diarios, deberías empezar a notar sus beneficios en menos de un mes.

Fuentes: